LA VIDA ES ESCALAR. EL RESTO ES LO QUE NOS PASA ENTRE VÍA Y VÍA

viernes, 28 de noviembre de 2014

EQUIPAR: ¿ELECCIÓN U OBLIGACIÓN?. SÉPTIMO CAPÍTULO

Hace mucho tiempo que su cuerpo hercúleo se convirtió en una masa informe de tejido graso; que sus pectorales otrora como esculpidos en mármol se tornaron dos tetitas lacias cual pimientos fritos; que de aquellos triunfos en roca que antaño se contasen por unidades (y muy espaciadas en el tiempo), no quedara nada. Apenas el patético relato que repite a todo el que le invite a un plato de huevos fritos en la barra de cualquier tasca de mala muerte.
Así era antes, más o menos. El pizarrín está a escala 1:1


Así estaba este verano, cuando todavía le quedaba dignidad. Ahora está peor


A pesar de que con la crisis nos retiraron la ayuda por aguantarlo, seguimos haciéndolo. ¿El motivo?, quién sabe...quizás por lo que nos reímos con él (y de él, yo me río sobre todo de él); quizás porque es una bellísima persona aunque le canten los gatos a cadáver añejo; quizás porque es capaz de contar grandes historias con una sola de sus fotos; quizás porque se juega la vida por salvar lo que es de todos, o simplemente porque es un buen Amigo...de los que se escriben con mayúsculas.

Da igual el motivo. El caso es que seguimos aceptándolo aunque escale como el culo y a veces en el campo nos de vergüenza decir que viene con nosotros.

Aunque ya ha aparecido varias veces en este blog, para preservar su anonimato emplearemos como solemos hacer un pseudónimo. Le llamaremos, por ejemplo, Gordito.

Pues bien, no hace mucho, Gordito sufrió un accidente escalando, en el que la peor parte se la llevó la aseguradora. Parece ser que el equipador no limpió la vía a conciencia y no reforzó ni tiró una gran piedra que fue la que al final provocó este accidente.

Aquí va el relato de lo que ocurrió, como siempre de primera mano:

Accidente en Benaocaz (Cádiz)

Fecha: 15/09/2014.
Lugar: Sector Aguas Nuevas. Ruta de reciente apertura llamada “Cicatriz”.
Edad escalador: 43.
Tiempo de práctica escalador: 21 años aproximadamente.
Edad asegurador: 36
Tiempo de práctica asegurador: 13 años aproximadamente.

Descripción de los hechos: a finales de Agosto nos enteramos de que habían equipado vías nuevas de deportiva en la escuela antigua de escalada de “Aguas nuevas” Benaocaz (Cádiz).

Debido a que es la modalidad que más me interesa como escalador (hacer vías a vista), en cuanto encontramos hueco fuimos a probar alguna de estas rutas. Tras realizar una vía antigua para calentar, veo una ruta interesante que discurre por una placa desplomada, con una sección de fisura en todo su recorrido medio, para terminar en otra placa desplomada, esta última sin fisura alguna. Desconozco el grado pero parece factible. Semanas más tarde me entero de que el grado propuesto es 7b duro y que el nombre es “Cicatriz”.

Normalmente no usamos casco, pero debido a que la ruta es nueva y que las últimas vías equipadas por la zona que había probado soltaban piedras pequeñas o algún que otro canto suelto, le comunico a la aseguradora que se ponga mi casco. En principio no le parece necesario pero tras trasladarle mi apreciación de piedras sueltas o débiles en las vías de nueva apertura que había probado por la zona accede a ponérselo por precaución.

La vía comienza subiendo a una pequeña repisa desde la que se accede a la placa desplomada. El primer seguro lo tiene a la derecha de un diedro (unos 3m de altura aprox) algo sucio pero sin dificultad. El segundo seguro lo tiene a la derecha de una higuera de un solo fuste (2m aprox por encima del anterior) que sale del diedro y que hay que sortear. A partir de aquí, si sigues por el diedro parece que te saldrías de la ruta, ya que el asegurador sigue una línea vertical que hace pensar que el paso es directo y no por la derecha. Tras subir y bajar un poco decido afrontar el paso verticalmente, para lo que debo salirme del diedro y hacer una pequeña travesía a la izquierda, para llegar a lo que parece una prominencia de la pared con magnesio en su parte superior. Una vez llego a la parte superior de la prominencia, me encuentro sujeto por un canto plano pero bueno de mi mano izquierda y una pequeña regleta en mi mano derecha, los pies en adherencias algo sucias… desde aquí coso el siguiente seguro ( a unos 7m. aprox del suelo) utilizando el canto de mi mano izquierda como sujeción principal.

Para el siguiente movimiento tengo que traccionar una vez más del canto plano de mi mano izquierda. Coloco ambos pies por debajo del canto de tracción a modo de bavaresa ya que debo traccionar mucho para llegar a una regleta que está bastante alta a la derecha. 

A mitad de tracción, noto que la pared se viene: todo el promontorio donde tenía apoyados pies y mano izquierda se viene a la vez. Noto el vacío y grito "¡¡piedra!!" a la vez que dirijo mi mirada para abajo.

La piedra es muy grande. Tiene forma elíptica y mide algo más de 1 metro de longitud, unos 40 cm en su parte más ancha y unos 30 cm de espesor… Intento seguir la trayectoria pero el latigazo de la cuerda al tensarse me hace perder la visión de los últimos metros de caída de la misma. 

Mi compañera comienza a gritar quejándose de la pierna derecha. A mí me sorprende un corte profundo que tiene en su brazo izquierdo, del que parece desconocer su existencia. Unos compañeros que estaban escalando cerca vieron la caída de la piedra al completo y nos confirman que la piedra impacto en la repisa y pasó muy cerca o incluso golpeó a la aseguradora. Esta defiende que notó la piedra pero no sabe dónde. Seguramente golpease su brazo y de ahí el corte.

Nosotros aseguramos de forma dinámica, por lo que nos colocamos algo separados de la pared una vez hemos cosido el segundo seguro. Pienso que este hecho fue el que hizo que el accidente no se convirtiese en una fatalidad, ya que en este caso excepcional, nada habría imposibilitado un accidente muchísimo más grave o fatal si la piedra hubiera alcanzado directamente a la aseguradora.

La aseguradora impactó contra la pared  por el tirón que ejercieron mi persona y la piedra, ya que a mi peso se sumó el de la gran piedra durante los primeros instantes de caída. De ahí que la tensión sobre la cuerda fuera mucho más fuerte de lo habitual. A esto le sumamos los únicos 3 seguros puestos que friccionaron poco.
  
Posibles causas: falta de rigor en la limpieza exhaustiva de la ruta por parte del equipador. Esto es clave e imprescindible. El equipador conocía el estado de esa piedra y por lo que se ve tenía previsto reforzarlo pero nunca llegó a hacerlo.

Llevo más de 20 años escalando y lo sucedido fue una sorpresa para nosotros. La pared parecía compacta pero tal vez debería haber actuado con más precaución. Debemos asumir parte de responsabilidad. Nadie nos obliga a escalar y la última elección es siempre nuestra especialmente ante las rutas de nueva apertura.
                       
Consecuencias: unicamente sobre la aseguradora. 
-Rotura vertical de la rótula (pierna derecha).
-Doble fractura de cadera (pierna derecha). Una de las mismas secciona el hueso cotilo (donde se inserta la cabeza del fémur) de lado a lado.
-Tres cortes profundos en brazo izquierdo y pierna derecha (todos con suturas).
-Tres meses de inmovilización de pierna derecha, posterior evaluación y subsiguiente rehabilitación en caso de no necesitar operación alguna.

Cómo evitar esto: maximizando el criterio de la seguridad durante la apertura de nuevas líneas por parte del equipador.
-En caso de no haber concluido la ruta aún, señalizándolo de alguna manera hasta su segura y fiable escalada por parte de cualquier escalador. O dejando sin equipar las chapas más cercanas al suelo para imposibilitar el acceso a la misma.
-Ir completamente equipados con el EPI propio de la escalada.
-Precaución por parte del escalador y asegurador siempre que se realice una vía por primera vez, sea del grado que sea y más si no se sabe la antigüedad o fiabilidad de la ruta por conocimiento de anteriores repeticiones.


Siempre he pensado que equipar implica mucha responsabilidad. Creo firmemente que no es algo que tenga que hacer todo el mundo ni mucho menos. De hecho, creo que hay gente que mejor que no hubiese cogido un taladro en su vida. Pero esto funciona así: cualquiera puede hacerlo.



Incluso yo...así nos va

He llegado a escucharle a un "equipador" que bastante tiene él con gastarse el dinero en material y en gasolina como para ponerse a limpiar las vías. También he escuchado quejarse a un equipador que tal escalador ya podría coger el taladro alguna vez y equipar algo, que lleva 20 años escalando a costa de los demás, bla, bla, bla...

Pienso que equipar es una elección, no una obligación. Pero esa elección implica ciertas obligaciones. O al menos, cierta responsabilidad para con los demás.

Es verdad que siempre se puede partir algún canto aunque se limpie a conciencia una vía (ocurre incluso en vías muy repetidas), pero una piedra de semejante calibre, si la ves inestable, no la puedes dejar ahí: o la pegas, o la tiras.

Por la dejadez, el egoísmo o simplemente la inconsciencia de algunos, otros se ven en una silla de ruedas durante tres meses. En fin...

Afortunadamente la aseguradora se recupera poco a poco de las heridas y lesiones que sufrió en el accidente, sobre todo gracias a los cuidados de Gordito. Que debajo de toda esa grasa tiene su corazoncito, petado de colesterol, pero corazoncito al fin y al cabo. 

Porque, cosas de la vida, hasta un Melón puede encontrar su Media Naranja. Y en este caso, el Melón está cuidando de su Media Naranja como si fuera una Princesa. Y seguro que dentro de muy poco, están otra vez escalando, montando en bici o pateando por el campo juntos. 

1 comentario:

  1. Gracias por compartir toda esta información con todos nosotros, tuviste una gran idea Enry y encima nos hartamos de reir debido a tu sentido del humor. Genial Enry.

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