LA VIDA ES ESCALAR. EL RESTO ES LO QUE NOS PASA ENTRE VÍA Y VÍA

sábado, 4 de enero de 2014

MI HISTORIA: TERCER CAPÍTULO

Sé que no es mi turno y que ahora venía otra historia. Me he colado. Pero como el blog es mío, hago lo que me da la gana. Además, mi psiquiatra me dice siempre: "Boludo, vos debés sacarlo todo, no te quedés con nada dentro. Soltaaaalo". 
Y como el laxante que tomé anoche ya hizo efecto esta mañana, sólo me queda desnudar mi alma. Pero si me lo permiten, le voy a dejar una rebequita puesta, que aquí hace frío.
Sin más dilación, aquí va mi relato:

Accidente en La Muela

Fecha: 14-7-2010.
Lugar: La Muela, Cádiz.
Edad del escalador: buuuuuuuuffffffff!!!!
Tiempo de práctica del escalador: 17 años.
Edad del asegurador: mucha menos de la que aparenta. Qué pena de chaval...está ya to calvo.
Tiempo de práctica del asegurador: también una pila de años.


Descripción de los hechos: "Era una noche de invierno que llovía a chaparrones....la fragua estaba encendida, tu mare Juana cantaba, y tu pare Luis hacía arcayatitas gitanas...
Como llovía tanto, no fui a escalar al día siguiente. Pero otro día sí, que fue cuando me pegue la piña. Una piña tan grande como para que Bob Esponja se mudara allí con su pandilla de amigos gays. 
Un caluroso día de julio, tres aguerridos escaladores y un servidor nos fuimos a trepar juntos. Por aquel entonces, yo andaba probando Carpe Diem, una vía cinco estrellas obra del Maestro Jacinto. 
Ese día me encontraba bien y encadené fácilmente. Lo que pasa es que yo hago como que me cuesta un poco, para que los demás no se me vengan abajo y no les corroa la envidia.
Cuando chapé la reunión, y mientras el público asistente me aclamaba con una gran ovación, se escuchó por encima del griterío una voz que decía: "Tírateeeeeeee", con cierto acento sudamericano.
Yo, como persona cuerda, sensata, con dos dedos de frente y nada partidaria de demostraciones típicas de Macho Analfa, me negué, intentando exponer mis motivos razonadamente. Pero los ioputas estos son como son, y me rompieron los esquemas con un argumento imposible de rebatir:

-"Mariconaaaaaaa, que no tienes güevos". Y me tiré...

Pero no me dejé caer simplemente, sino que después de descoser la reu,  enardecido por el encadene y por la afrenta a mi hombría, me impulsé con los brazos con toda la fuerza de la que fui capaz. 
Como resultado, me fui alejando de la pared. Cada vez más...primero vi la reunión, luego la parte de arriba de la pared, el final del muro, los árboles del borde, el cielo (ahí me empecé a poner nervioso), buitres volando (ahí me empecé a asustar), los árboles que estaban detrás mía (ahí me hice caquita), el suelo y por último, el cabrón que me aseguraba...
Me lancé con tanta fuerza que me volteé en el aire, y por el camino se me enganchó la pierna en la cuerda, lo que impidió que volviese a la posición normal. 
El resultado fue un tremendo costalazo contra la pared muchos, muchos metros más abajo y una quemadura en la pierna. Además, al golpearme casi me llevo por delante a otro colega que estaba escalando. Al menos tuve la inmensa suerte de no darme en la cabeza."


Posibles causas: falta de personalidad, exceso de entusiasmo, ser de barrio y picarse fácilmente. En fin, tú sabes, pocas excusas hay en este caso.

Consecuencias: golpe tremendo en la cadera con posterior moratón y dolor durante varias semanas. Quemadura en la pierna, por detrás de la rodilla (¿cómo carajo se llama esa parte del cuerpo?, ¿el sobaco de la rodilla?). Ser motivo de mofa por parte de mi asegurador y sus secuaces.

Cómo evitar esto: no juntarse con los mamones estos, o al menos, no hacerles caso si te dicen que te tires. Llevar casco. Si me doy en la cabeza me mato fijo. Y dejarme puesto los pañales para las pérdidas de orina, que hubieran amortiguado algo el caderazo. Lo que pasa es que con el arnés me aprietan un poco y me los quito para escalar.


Cuentan que cuando estás al borde de la muerte, ves pasar tu vida delante de tus ojos. Eso será al que se muere de golpe, porque a mí me dio tiempo de ver mi vida, de hacer la lista de la compra, de rascarme un poco la entrepierna y de repasar los últimos capítulos de El Secreto de Puente Viejo. Es que se me hizo muy laaaaaarga la caída.

Sé que no es excusa, pero no soy el único que ha cometido este error. Aquí tenéis otro ejemplo más o menos reciente:


Así que niños, por favor, no intentéis hacer esto en casa, y mucho menos escalando. Es un disparate sin sentido que te puede costar caro. Sé que los máquinas somos un ejemplo para los demás, pero no todo lo que hacemos debe ser tomado como ejemplo. Yo me voy de las tiendas sin pagar sin querer. Es que no me doy cuenta. No lo hagáis vosotros.

Salud para todos, feliz año nuevo, y que los Reyes os traigan todo lo que pidáis. Pero un consejo, alejaos de sus camellos, que yo les dejé una vez a deber dinero y no veas cómo se las gastan para cobrarlo. Ni se os ocurra mirarles a los ojos...